
Abril
[Cuarta
Semana]
Para piquituertos y ardillas esta semana marca el
comienzo de la vida regalada: los piñones que han
tardado de dos a tres años en madurar se ofrecen con
su inmenso poder alimentario a quienes los comen.
Por suerte es ahora cuando el más glotón consumidor
de pinos, la oruga de la procesionaria, se encamina
en fila india a sus refugios subterráneos.
Lo que era hierba comienza a ser espiga: está
encañando el trigo.
Apenas queda un rincón sin cubrir de verde.
Incontables
gramíneas y tréboles tapizan suelos y miradas.
Las orquídeas lanzan sus malvas, rosas y blancos
hacia arriba con técnica de surtidor. Luego nos parecen
insectos quietos que atraen a los que vuelan.
Acompaña a las
exóticas flores la plenitud anual de las
retamas negras, que a menudo llenan el aire de
un olor dulzón.
También vemos florecido el rusco y
el ajo y la
malva silvestre. Pero a veces hay una porción del
herbazal que salta y atrapa algún insecto. No se
trata de planta carnívora alguna, sino que el
casi críptico lagarto
ocelado ya está
en plena actividad.
Álgido
momento para las garrapatas que afectan a casi todos
los mamíferos y no pocas aves. Coinciden con las
primeras generaciones de mariquitas, que se ceban de
inmediato con pulgones.
Ya revolotean los pollos de cárabo. Nacen los
primeros cervatillos del año, al tiempo que se van
destetando los zorros