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"Florecen los
alcornoques"

Abril
[Primera
Semana]
La densidad de aconteceres desborda nuestros sentidos.
En cada palmo, a cada minuto se abre un episodio de
la vida. Aunque las montañas todavía duermen, buena
parte de
nuestros paisajes bullen. Todo se colorea, todo
suena, los aires
van llenos de olores y hasta se puede paladear ese
deleite que
a veces llamamos confianza en el futuro. Que no otro
es el impulso
que mueve a las praderas y cultivares a escalar otro
palmo de
altura. Nacen a borbotones las primeras polladas de
los
pájaros residentes al tiempo que llega por el sur un
buen
número de aves estivales como ruiseñores,
pechiazules, alzacolas,
vencejos, carracas, abejarucos, tórtolas,
oropéndolas,
águilas
calzadas y culebreras
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Cunde y expande la floración con tonos predominantemente
blancos que nos ofrecen asfódelos, manzanos, piruétanos,
espinos y majuelos. Ya están a la vista la mayoría
de los
reptiles.
Salen
de sus resquicios en busca de calor que los haga
activos culebras, lagartos, víboras y lagartijas. Y
nacen los zorros, los lirones caretos, más conejos.
Miriadas de insectos, aunque algo menos numerosos
que las flores. A las que ondean desde hace un mes,
o
más, se suman el prolífico rabanillo silvestre, las
jaras, y esa
gama de amarillos casi violentos que acompaña a las
más rústicas
de las leguminosas, las retamas negras, las
carquesias y los
tojos o argomas allá en el Norte.
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Con todo, aún siguen con nosotros ínvernantes
como el bisbíta común y sólo se intuyen
las hojas del roble y otros árboles de hoja cuya
fronda se renueva anualmente
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Abril es
también un mes comadrón. Paren ahora las
hembras de mamíferos tan simbólicos como el lobo y el
ciervo,
el corzo y el jabalí, la nutria y la comadreja. Todo
ello casi
imposible de contemplar, y todavía más lo que en
la secretísima hura del conejo, el lirón o los ratones
y topillos está pasando. Pero a donde la imagen directa
no llega que llegue la imaginación.
Porque, ¿será cierto todo esto que pasa en abril?
El abril ornitológico es dulce mezcla, una nueva caricia
de plumas y cantos, de ilusiones y construcciones, de
músicas
y de los silencios que lo hacen posible. |
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