Y
para despedirnos, una mención a los que probablemente
podrían ser calificados como los animales que mejor
pasan
este mes. Los tejones, aunque sólo en parte, las
marmotas, las
dos especies de lirones, los erizos, todas las
variedades de murciélagos,
duermen sin apenas interrupciones a lo largo de
todos los días y todas las noches de enero. Al mismo
sistema recurren
todos los reptiles y casi todos los anfibios.
Igualmente, numerosos invertebrados. Nada
infrecuente resulta encontrar mariquitas o zapateros
apiñados en un resquicio bien abrigado. Las grandes
arañas incluso se fabrican una
vivienda invernal con su seda bajo
las piedras.
En
la casa común hay lugar para todas las conductas,
las más
diversas estrategias, las convivencias con los
rigores y con las amabilidades.
Cabe todo, y muy
especialmente disfrutar
con las incuantificables
sorpresas de la
belleza espontánea.