Julio[Calendario de la Vida]
|
 |
|
Más que olores, sabores, coloridos o caricias, julio
nos da bastantes sudores. Ahora sin excepción: a los
naturalistas, a los simples urbanitas, a los que se
asoman sin entusiasmo a los campos. Cae el calor
obsesivamente sobre todo lo que hay, y la siempre
excesiva temperatura nos llena a los vivos de agua
salada la piel, y a los paisajes los hace inciertos
y hasta borrosos por la reverberación que brota de
la tierra y sus verdes.
|

Ya están aprendiendo a cazar los cachorros de
lince ibérico
|
La naturaleza de sangre caliente duerme, pues,
largas siestas durante las horas centrales del día.
Y la de sangre fría se alegra, crece, ama, masca y
se entrega con entusiasmo a su momento. Ahí están su
triscar, sus zumbidos, estridulaciones, chirridos...
Tiempo este de la hormiga y la cigarra, de la
mariposa y la garrapata, del gorgojo y la abeja, del
alacrán y la tarántula, del saltamontes y la mantis,
del abejorro y el escarabajo, del lagarto y la
culebra. Lo menudo está pletórico en julio, y quien
vea a la Naturaleza como conjunto, también.
En nuestro ámbito mediterráneo, el calor alcanza por
este mes el máximo escalafón de lo tórrido, como el
frío en los países de la taiga. Calla bajo la sábana
de sol abrasador la campiña. Pero esa misma luz es
la que puso rubia a la hierba y de oro al cereal,
que ya son masivamente devorados por las
cosechadoras. ¡Cuánto trabajo ahorran, pero cuántas
simplificaciones han impuesto en los paisajes de pan
llevar!
Máquinas que demasiadas veces se tragan las polladas
de los nidificantes retrasados, como el aguilucho
cenizo, el alcaraván o el sisón... Afortunadamente
van siendo más los maquinistas que esquivan los
nidos y no empaquetan a unos pollos indefensos.
Aunque
culminada ya la metamorfosis de nuestros
principales anfibios, las mermadas aguas dulces
siguen albergando gran cantidad de eventos cruciales
para sus
inquilinos. Freza en un tosco nido, que construye
con guijarros, la escasa lamprea de río. El endémico fartet de los salobrales
levantinos pone también sus huevos. Inicia el celo
el alburno
común.
|
|

 |
|
- Primera semana - |
- Segunda semana - |
- Tercera semana - |
- Cuarta semana - |
En cualquier caso, tanto exceso de luz no supone lo
peor, sino lo mejor para unas cuantas especies
vegetales. Esperan a julio para florecer varias decenas
de hierbas, arbustos
y hasta un par de árboles. Nos referimos a especies
como la
hierba de Santiago, que cocida arregla el dolor de los
golpes
traumáticos, la manzanilla bastarda, los llantenes, el
más que
famoso orégano, la lengua de buey, las malvas
silvestres, el matacán y el barroco gordolobo. Entre las
planta de
mayor envergadura es tiempo este del adorno
floral de rosales
silvestres ,zarzas, y a mayor
altura encontraremos
más de un centenar
de variedades
de plantas de
la alta montaña, donde el pino negro continúa su
reproducción por
estos días.
Lo mismo que ese otro
árbol,
ecológicamente antípoda de los pinos de alta
montaña, el
algarrobo, que no soporta frío alguno y
por ello hace vida
de pensionista inglés en nuestras cálidas costas
mediterráneas.
|

Una vez más encontraremos suficientes motivos para
el asombro como los que nuestra paciencia sea capaz
de invocar. En cualquier caso, nuestra perversa
prioridad por lo macro puede engañar con el silencio
de las aves, la quietud de los mamíferos y la
protectora parsimonia de los reptiles y anfibios.
|
|