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Buen
instante para encaminarse a los más sobresalientes
motivos florales de nuestras campiñas. Están
en su apogeo anual las zanahorias
silvestres, las angélicas y las cicutas de
manantial: tres especies de alto porte y de
enormes inflorescencias
blancas que se abren como paraguas. Además,
son probablemente
el lugar de principal atracción para varias
decenas
de insectos. Escarabajos, corno los
aceiteros o cantáridos, dípteros,
himenópteros y tantos otros se alimentan de
y se
encuentran sobre estas flores para amarse.
El trigo está ahora maduro y hasta
cosechado en la mitad sur de la Península.
Mentas
y poleos aromatizan nuestras pisadas con
sólo rozar sus flores. Algo que conviene
evitar, si se trata de los cardos, como
las centaureas, el cardador, o el
cabeza de pollo que están
igualmente florecidos.
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Julio [Segunda
semana)
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Quienes menos a gusto se encuentran con el imperio
de la luz y el calor son los mamíferos. Porque no
sólo son
mayoritariamente nocturnos y ahora su horario queda
reducido
a su mínima expresión, sino por no amar en absoluto
las altas
temperaturas. Pueden andar aún con su retáhila
de carnadas
varias especies de pequeños roedores. Las especies
de grandes
herbívoros no tienen más ocupación que la de seguir
protegiendo y adiestrando a sus pequeños, ya
de mediano
tamaño, pero todavía fácil blanco de las apetencias
de los carnívoros
que aprovecharán la inexperiencia de los recentales
para adiestrar en el difícil oficio de la caza a los
respectivos
cachorros.
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A lo largo de las últimas dos semanas han nacido las
perdices rojas, que de inmediato se han convertido en
bando peripatético. Ya están culminando las crianzas los
pájaros migrantes, sobre todo aquellos que llegaron a
partir de
mediados de abril. Y todavía muchos residentes,
especialmente paridos, mirlos, fringílidos y gorriones,
se atreven con la tercera crianza anual, a veces
secundados por golondrinas y aviones
Mientras los oseznos
alcanzan sus primeros veinte kilogramos
de peso, sus progenitores
comienzan su periodo de celo. Estos
pocos osos que nos quedan tienen
serias dificultades
para su encuentro.
El ciervo ha
completado el desarrollo
de
su cuerna y está desprendiéndose
de la piel que
alimentó el crecimiento
de su corona de cal y fósforo.
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