Enero
acoge la transparencia más líquida del año.
Febrero
promete, pero lo hace tiritando desde el escalofrío.
Marzo
se apoya en el mejor bastón: la estatura de la luz crece un poco cada
día.
Abril
se cita con la lluvia y
juntos abren de par en par las puertas de todos los horizontes para
que pase la vida.
Pasearse por Mayo
es como hacerlo por los ojos de ella, tu ella.
Junio
es un mes frontera. A partir de él todo es futuro. Antes, todo pasado.
Julio
incrementa el repertorio del calor: suda hasta el aire y crea esas
reverberaciones que fantasmean en el horizonte.
En Agosto
el calor despierta a la chicharra y acuesta a todo lo demás.
El acurrucado murmullo de la vida vuelve a hablar, alto y claro, en
Septiembre.
Por suave, lento, tenaz y cumplidor
Octubre
es un mes sabio.
Parece un incendio, pero es que está apagándose el bosque:
Noviembre.
Diciembre
hospeda muchedumbres de aves y soledades.