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Septiembre
[Calendario de la Vida]
Acurrucado estaba el murmullo de la vida. Pero basta
que dicte su tregua el sol, acostandose cada día un
poco antes, levantándose perezosamente, para que
suenen de nuevo los paisajes a música de primera
categoría. La incipiente frescura transmite una
orden secreta a las siringes de
algunas
de nuestras aves sedentarias. Sobre todo si ha
llovido,
escucharemos los cantos completos de mirlos,
totovías, chochines, carboneros. Incluso
nuestro más pequeño buho, el autillo, lanza al
atardecer su monótono silbido. No es que
vayan a criar de
nuevo, por mucho que en algunos años buenos
por esta época comience la llamada segunda
primavera, ese tiempo de bondad y
resurgimiento que caracteriza en buena medida al
ámbito mediterráneo.
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Cuando esas pocas
aves marcan con
belleza sonora su alegría es que seguramente
saludan al comienzo de la nueva abundancia, o al
recuperado frescor, o tal vez cantan para
despedir a los muchos
parientes que
inician sus viajes migratorios. Porque si la primavera
aportó innumerables insectos, buenas temperaturas,
la luz y
la humedad suficientes, ahora casi todo eso se
repite
como en un capicúa. La única excepción es que la
vida invertebrada retrocede y ya no hay
apenas nacimientos, porque
desafiar al
invierno requiere un tamaño y una experiencia que
ya no se podrían conseguir. Todo lo contrario
hacen buena
parte de los grandes vegetales de nuestras
latitudes.
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Está en
marcha la gran cosecha del bosque y del matorral,
comienza la fructificación masiva de los silvestres
frutos de las zarzas,
chumberas y lentiscos; de higueras, olivillas y
piruétanos, de
vides y avellanos. Mientras la savia acaba de llenar
de energía
las bellotas, su mejor proyecto de encinas, robles y
castaños,
también entre la flora menuda son numerosos los que
tienden
al aumento, a la búsqueda de su punto más álgido.
Septiembre es
el momento de la flor de pequeñas matas de
cardencha,
cacirera menor, cimbelaria, varias mentas y continúa,
de acuerdo con la altura sobre el nivel del mar a la
que
nazca, la espectacular floración del torvisco
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- Primera semana - |
- Segunda semana - |
- Tercera semana - |
- Cuarta semana - |

Entre los árboles
cumplen con su ciclo anual, es decir, tienen también sus
frutos maduros, los serbales, mostajos, majuelos y
saúcos. En el
olvidado algarrobo, allá con la mirada puesta en la
costa mediterránea,
comenzará a negrear su espectacular vaina de leguminosa,
por suerte de nuevo valiosa.
Si llueve, pueden iniciarse incluso nuevos verdes en el
paisaje con la llegada de praderas incipientes. Pero
también
hay mucho cansancio en los árboles y caen las primeras
hojas
de chopos, sauces y abedules...
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