Agosto
[Tercera
Semana] |
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Y mientras unos viajan y otros se apiñan o
esconden, uno solo, el halcón de Eleonora,
está incubando sus huevos. Ha sabido esperar
a la abundancia de pájaros viajeros en el
mes siguiente para tener asegurada la
pitanza de sus polluelos. Excepcionalmente,
algunas otras aves se atreven a criar en
agosto. Yo mismo he encontrado nidos con
huevos y pollos de paloma torcaz, tórtola,
rabilargo, avión roquero y escribano soteño
en este mes
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Varias de nuestras mariposas más
espectaculares, macaones, chupaleches y
bajas, nos obsequian con su segunda
generación anual. A las primeras las veremos
al lado del hinojo, entre frutales a las
segundas y a las terceras siempre entre
madroños, aunque en este periodo tienen
tendencia a frecuentar excrementos y
cadáveres. Paradoja que tanta belleza se
nutra en parte de lo menos atractivo para
nosotros. Vuelan las mariposas de la
procesionaria del pino para en pocas horas
acoplarse, poner huevos y morir. Otra
mariposa nocturna, la gitana, sigue la misma
pauta. Siguen y seguirán sembrando sus
huevos en las aguas quietas las parejas de
libélulas, a menudo en tándem, es decir, con
el macho volando delante de la hembra, a la
que mantiene agarrada con el ápice de su
abdomen por la base de su cabeza. Los huevos
eclosionarán a las pocas jomadas y darán
origen a larvas que luego pueden pasar
varios años en las aguas. Coincide la puesta
de libélulas con la muerte generalizada de
sus parientes, los caballitos del diablo.
¡Cuántas veces hemos visto sus cadáveres
arrastrados por la corriente de los arroyos!
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