Enero
[Tercera
Semana]
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Buscan pareja las ardillas,
los desmanes de los Pirineos, los zorros y los gatos
monteses... Los cuervos, fieles de por vida,
renuevan vínculos volando a la par, al igual que el
escaso quebrantahuesos en los Pirineos. Corno la
monogamia tampoco resulta infrecuente en los lobos,
también éstos confirman ahora sus alianzas sexuales.
Otros mamíferos se adelantan y la primera camada de
conejos puede estar saliendo ya de su gazapera.
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Los zorros ya se han
aapareado |
Se inicia casi imperceptiblemente el
crecimiento de la hierba entre escarchas y nevadas
El
aliso sufre hinchazones evidentes en los extremos de sus
ramillas, bultos que antes de que acabe el
mes se convertirán en una acaramelada estalagmita
repleta de
néctar y polen. Y, claro, en cuanto el día
sea
soleado, en tales flores
veremos a las abejas cosechando por primera vez en el
año.
Incluso encontraremos más de una flor en medio de la
hierba,
al
menos en la mitad sur del país. Concretamente, una de
las variedades más grandes de margarita, la chirivilla o
chirivita, se atreve
a desafiar la poca luz y el frío. Y a poco que temple,
en enero también
florecerá la aulaga, la retama blanca, el azafrán
serrano y
hasta una aromática y en parte afrodisíaca hierba que
lleva el no
muy acertado nombre de primavera, ya que empieza a
florecer
ahora y sigue haciéndolo hasta casi llegado el verano. Y
una curiosa
circunstancia: los más grandes del reino alado, entre
ellos la
mayoría de las parejas de las dos especies de buitres y
el buho real,
ya incuban sus huevos. |
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En el caso de la rapaz nocturna puede
darse perfectamente el caso de que los pollos nazcan
antes de que
acabe el primer mes del año. También los cuervos
comunes, los
pájaros más grandes, llevan a cabo su espectacular
amorío aéreo.
Y para desacreditar al refranero, otra anticipación en
los calendarios. La mayoría de las cigüeñas blancas
atraviesan el estrecho de
Gibraltar a lo largo de este mes. No pocas lo hicieron
antes de las
Navidades, y unos pocos centenares incluso no se fueron
a África.
Luego dicen que el clima no está cambiando. Pero, como
muy
bien escribió nuestro admirado Miguel Delibes, los
meteorólogos se pueden equivocar, los pájaros nunca. Y
si las cigüeñas, codornices y algunos otros pequeños
pájaros, que antes no se quedaban en nuestras campiñas,
ahora lo hacen, eso sólo se debe a que cada
año son menos los días de helada y estos animales
encuentran
suficientes invertebrados y anfibios en activo como para
saciar su
hambre.
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